Cita del día.

martes, 14 de marzo de 2017

Instalación de Cerrojo FAC en puerta blindada. Primera parte.

Me gusta sentirme seguro. Y sobre todo en casa. Perogrullada, ¿verdad? Pero lo cierto es que ya hace tiempo que instalé un nuevo escudo de seguridad en el bombín de la puerta de acceso, a fin de paliar las deficiencias que traía el que venía de serie, y también cambié el bombín por otro de mejores prestaciones (se supone que es antibumping).


Pero no contento con ello, me decidí a instalar una nueva cerradura. Todo por intentar disuadir a los amigos de lo ajeno si algún día se presentan en la puerta de mi casa.

Y no solo de mi domicilio, sino también en el trastero, donde también instalé un escudo protegiendo el bombín, y donde tengo pendiente montar otras medidas de seguridad.

Volviendo a la puerta de casa, lo primero que hago es buscar la situación idónea para la nueva cerradura. Y lo hago pensando en la comodidad, por lo que la sitúo a la altura más adecuada en función de la altura tanto de mi mujer como mía.


Veo que es imposible, con el cerrojo abierto, salvar la moldura interior de la puerta... pero eso ya lo arreglaré.


Y busco la ubicación lateral que permita, con el cerrojo cerrado, llegar perfectamente a donde irá situado el cierre sobre el marco de la puerta.


Comprobado todo ello, toca marcar la ubicación donde haremos el gran agujero en la puerta:



El cerrojo lleva dos cerraderos. El primero es el que nos ha marcado la posición del agujero en la puerta, y el segundo y adicional, irá en el lateral del marco:


El problema viene dado porque hay una pletina adicional de seguridad en el marco de la puerta, que no permite la instalación del segundo cerradero.


O sí. Siempre y cuando desmontemos previamente dicha pletina y montemos el cerradero por debajo. Pero para ello debemos evitar que el cerradero quede debajo de cualquiera de los tornillos que unen la pletina al marco. En caso de que así fuera, lo ideal sería desplazar de nuevo todo el conjunto.

Hechas las comprobaciones, hay que empezar con las operaciones irreversibles:


Toca taladrar, y ya no podremos volver atrás. Perpendicular en lo posible a la puerta, para evitar colocar el cerrojo de forma torcida o tener que tirar de escofina para hacer que entre:






Aunque no lo he dicho aún, la broca que he empleado es una corona de 32 mm de diámetro, el correcto para este tipo de cerrojo FAC. No es un estándar, y así, cada marca emplea un diámetro específico.

Cuando llevo un rato taladrando (con muchísimo cuidado) me doy cuenta de que el taladro no avanza. Habré profundizado aproximadamente un centímetro y medio, y me encuentro que el interior de la puerta está laminado:



Y la primera capa de la madera se ha quedado incrustada en la corona, impidiendo el avance, por lo que toca extraerla con ayuda de un par de destornilladores y algo de paciencia:




Una vez liberada la broca, continuamos taladrando:




Hasta que observamos que en la parte exterior de la puerta ya ha salido la broca guía de la corona:



Es el momento de dar la vuelta y empezar a taladrar desde la otra cara. Todo ello para evitar que se hagan rebabas en el exterior, que a pesar del embellecedor que pongamos finalmente, puedan afectar a la estética de la puerta:



Ya costará menos llegar al final de este primer proceso:



Y cuando extraigo los restos del interior de la broca, me encuentro con la agradable sorpresa de que en el interior de la puerta tengo dos chapas metálicas de refuerzo:





Eso explica los dos momentos en los que el taladro iba más despacio, a pesar de haber utilizado una máquina de bastante potencia.

Llegados a este punto, toca probar la idoneidad del taladro efectuado, y vemos que el cerrojo entra sin problemas:





Una vez comprobado que el cilindro del bombín pasa hasta el exterior sin dificultad (si hubiera salido algo torcido el taladro habría que repasar con una escofina) marcamos la ubicación de los taladros para los tornillos de sujeción del cerrojo:


Estos agujeros han de hacerse con una broca de 4 mm, para alojar luego sin dificultad (y de manera efectiva) los cuatro tornillos que sujetarán el cerrojo a la puerta.

Pero antes de taladrar, vamos a ir colocando el embellecedor exterior. Lo presentamos en su ubicación...



Y vemos que no entra. No hay problema, ya que el reborde interior que presenta necesita de un mecanizado adicional en la puerta. Simplemente, con una escofina o una cola de ratón aumentaremos ligeramente el agujero por la parte exterior:



Y una vez agrandado (es un pequeño bisel sin complicaciones), el embellecedor encajará sin problemas:




Antes de proceder a su taladrado, Me lié con el marco de la puerta. Para ello, extraje la jamba decorativa, con ayuda de un destornillador:



Una vez extraída, observé el hueco existente entre el marco y el premarco. Como de costumbre, hay un cierto hueco, relleno de espuma de poliuretano, que no es muy adecuado para la seguridad que buscamos.




Con todo despejado, procedemos a taladrar de nuevo:





Si bien tenía pensado taladrar con broca de madera, las dos láminas metálicas que hallé, me obligaron a utilizar una broca para hierro. Las de madera, con su punta afilada, impiden que la broca resbale sobre la superficie, y donde la colocas allí taladra.



Hechos los agujeros, toca empezar a apretar los tornillos.


A pesar de que ya iban taladrados los alojamientos, el destornillador eléctrico no es capaz de introducirlos mucho, así que toca tirar de la herramienta clásica de toda la vida, y echar ganas:



Aunque también puedes buscar un pequeño ayudante:



Colocado el cerrojo, toca poner el embellecedor exterior:


Ahora los tornillos son testimoniales. Una broca de 1,25 mm es la ideal para que entren bien y se queden bien sujetos:



Luego hay que atornillarlo con cuidado. Se trata de cuatro pequeños tornillos de cabeza plana. No sé cómo se siguen fabricando aún tornillos de cabeza plana...




Continuará...

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